Bizcocho de piña y un ramo de girasoles

Hace unos días vinieron a verme Marc y Jenny.

Más allá de su conversación, cariño y compañía, trajeron una buena bolsa llena de pan, un tortel de hojaldre y nata, una deliciosa y dulce palmera de chocolate y… ¡un precioso ramo de girasoles! Me visitarán poco, pero cuando lo hacen, lo hacen a conciencia… ¡Gracias chicos!

Hoy vamos a hacer un bizcocho de piña, con verdaderos trozos de piña dentro, así que aquellos a los que no os guste encontraros con tropezones, mejor absteneos. A los valientes, ¡os encantará!

BIZCOCHO DE PIÑA

120 grs harina
100 grs azúcar
1 dl aceite suave
1 lata pequeña de piña
1 huevo
150 grs yogur natural
1/2 sobre levadura
mantequilla

Lo primero de todo, hay que encender el horno a 180 ºC para que se vaya calentando.
En un bol se pone la harina y el azúcar y se va echando poco a poco (como en hilo fino) el aceite. Mientras se sigue batiendo, se añade el huevo, el yogur y por último la levadura. Se trabaja la masa al menos durante 5 minutos.
Aparte, se seca la piña con papel absorvente y se trocea en daditos.
Se engrasa un molde con mantequilla, bien cubierto, y se vierte la mitad de la masa, sobre ella la mitad de la piña, se cubre con el resto de la masa y por último el resto de la piña.
Se hornea durante aproximadamente unos 40 minutos y antes de comerlo, como todo, hay que dejar que se enfríe bien. También es importante no desmoldarlo hasta que esté frío.

A partir de ahí, ¡es todo vuestro!

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