Londres me apasiona. No sé qué tiene esta ciudad pero siempre me cautiva. No sé qué es exactamente, quizá la convivencia y respeto entre lo nuevo y lo viejo, el ambiente en las calles que siempre están llenas (independientemente del tiempo) o el resurgimiento de barrios gracias a la propia población que vive en ellos. En cualquier caso, Londres es muy especial y me atrevería a decir que mi ciudad favorita (si la ciudad favorita de uno es la que más ha visitado, sin duda, Londres es la mía).

Hace una semana toda la Flames Family estaba por allí, con la excusa de los 60 años de mi madre. Andar, anduvimos mucho, demasiado, hasta mis padres, peregrinos ellos, lo admitieron. Visitamos un nuevo jardín en lo alto del edificio 20 Fenchurch St (ése que en verano quemaba coches porque los cristales hacían efecto lupa con el sol), diferentes mercados como Borought Market (¡ése paraíso de quesos llamado Neal’s Yards Dairy!), Camden Passage en Islington (no Camden Town) o Broadway Market y Netil Market en Hackney, al este de Londres, y por supuesto también comimos, ¡cómo no! Y muy bien, quitando la etiqueta de que en Londres se come mal. En Londres se come bien, ésta es mi afirmación, y no siempre es caro, para eso está aquí esta entrada.

A mi hermana le habían recomendado unos restaurantes llamados Ottolenghi que también encontró recomendados en varios blogs, propiedad de un chef israelí cuya cocina se basa en la dieta mediterránea y del medio oriente. Uno de los restaurantes, NOPI (North Picadilly), está en una calle paralela a Regent St, al lado de Picadilly, por lo que es muy céntrico. La primera noche, hartos ya de andar, estábamos por la zona y fuimos a ver si había sitio. No, todo ocupado, el local estaba lleno. Se veía al poco de entrar como una especie de bufé de verduras o algo, tenía buena pinta, el local además era bonito, todo en blanco, con mesas y sillas de madera color claro y algunos adornos dorados, teníamos que volver, pero reservaríamos primero.

Saliendo del local no sabíamos muy bien dónde ir a cenar, cuando de repente mi hermana dijo «¡Leon! ¡Era el libro de cocina que tenía Louise!» Pues allá que entramos, corriendo porque era tarde no sea que fueran a cerrar. En su propia web se denominan como naturally fast food. Lo de fast food no es porque sea mala, sino rápida, a la entrada tiene el mostrador con los típicos carteles grandes con toda la variedad de comida rica para llevar, pero en el que estuvimos (35 Great Marlborough St, al lado de Regent St), también tiene parte de atrás como restaurante, en el que te sirven en mesa, así que allí entramos y nos sentamos un rato a descansar y nutrirnos.

La comida está basada igualmente en la dieta mediterránea con mucha verdura y potenciando los sabores con especias. Pedimos superfood salad (un montón de verduras con quinoa y aguacate), albóndigas espaciadas, burrito de pescado y hamburguesa de pollo, y nos dimos el capricho del postre: bizcocho de limón y jengibre y tarta de nueces pecanas (¡a compartir entre los cuatro, que conste!). Todo estaba súper rico y sabroso, la verdad es que nos sorprendió que nos gustara tanto. Cada cosa sabía a lo que tenía que saber. Además el servicio fue muy amable, y la presentación sin estridencias, sencilla y práctica. Nos quedamos satisfechos. El precio fue para cuatro personas de un total de 40GBP.

A NOPI volvimos el domingo a comer. Después de intentar reservar varias veces, por fin encontramos sitio. El local, como nos había parecido, muy chulo, con bastante gusto. Los baños eran divertidos, todo espejos colocados de tal manera que te veías reflejada en todas partes. Si pasamos al menú, pedimos todo entrantes y un plato principal, todo para compartir: berenjena asada con ajo y chili, una especie de croquetas de calabacín con salsa de yogur, lubina a la brasa con polenta, medio pollito (porque era muy pequeño) frito, carne de venado con yogur caramelizado y unos rulos de espinacas, calabaza y queso ricotta. Y de postre (también compartiendo los cuatro) triffle de bizcocho de manzana y helado de apio y helado de caramelo con chocolate caliente y cacahuetes fritos con miel. La comida estaba rica, pero creo que salvo el triffle de manzana, no hubo nada que me impresionara realmente, y sí, la presentación estaba muy cuidada, pero la cantidad era escasa. La cuenta para cuatro fue en torno a unas 130GBP.

Resultado, que hemos comido en uno de los restaurantes de moda en Londres, pero que yo volvería a Leon, no a NOPI. Y a Londres también, seguro que regreso.