Pues si una tarde de sábado echas de menos el tener algo dulce que picar (y estás harta de hacer trapillo, mi actividad de moda), abres los armarios y tienes los ingredientes básicos, ¡haz este bizcocho! Si no se pasa de cocción (a mí me pasó la primera vez que lo hice), es muy jugoso, con miga blanda y fresca, y por supuesto, con un delicioso sabor suave a mantequilla (debería ser pecado mortal).
Yo tenía crumble (migas resultantes de mezclar de harina, nueces, azúcar, avena y mantequilla derretida) de un apple crumble que hice la semana anterior y se lo puse por encima. La verdad es que queda crujiente y le da un toque especial, pero no es esencial para el bizcocho.
BIZCOCHO DE FRUTOS SECOS
150 gr mantequilla en pomada (sácala del frigorífico varias horas antes)
150 grs azúcar
3 huevos
150 grs harina
4 grs levadura
100 grs de frutos secos (nueces, pasas, orejones, avellanas,…)
Coloca los frutos secos en un vaso y cúbrelos con vino dulce.
Bate la mantequilla con el azúcar durante un par de minutos. Añade después uno a uno los huevos (hasta que uno no se haya mezclado con la masa no eches el otro).
Mezcla entre sí la harina y la levadura e incorpóraselo a la masa, batiendo a velocidad baja.
Escurre los frutos secos, pásalos por un poco de harina, como si los rebozaras y añádelos a la masa.
Coloca la masa en un recipiente de bizcocho o plum cake y mételo al horno previamente precalentado a temperatura media (180 ºC) unos 40-45 minutos.
¡Y ya tienes el desayuno del domingo!
No llega al domingo. Y claro que es pecado mortal ¿no lo decía tu catecismo? ¡Qué moderna se ha vuelto la Iglesia! Un abrazo.