Hace tiempo ya os comenté cuánto me gustan los churros. Si aquella vez os dimos la receta para hacerlos, esta vez os lo vamos a poner más fácil, ir directamente a la churrería y comprarlos.
Las churrerías se podrían decir que son unos de esos comercios con arte, que siempre han estado en nuestras calles, y por ello pertenecen a nuestros recuerdos de la infancia, por lo menos a los míos. Aún recuerdo esa pequeña tienda en la C/San Juan en Alcorcón donde te vendían los churros atados por una cuerda verde, o la aun existente en la Plaza del Sol nº6, también en Alcorcón donde solo venden churros y patatas fritas.
También se pueden encontrar churrerías donde te invitan a sentarte y a degustar su especialidad , chocolate caliente con porras y churros, si bien la más famosa de Madrid es la Chocolatería San Ginés (Pasadizo San Ginés 5) yo quiero hacer una mención especial a la que en los últimos tiempos se ha convertido en mi preferida, está en Alcorcón en el barrio de los Castillos y es la Churrería y Chocolatería Palomino y Oliva (C/Carballino 29). El local es sencillo y en horas punta ¡¡está a rebosar!! Yo me pido siempre lo mismo, chocolate a la taza con unas cuantas porras y churros, pero también venden cafés, zumos y licores. Tiene una decoración sencilla, de las de siempre y lo mejor es que puedes ver cómo te hacen los churros en el momento.
Ahí os dejo unas fotos: mi padre disfrutando los churros bañados en el chocolate. Si alguien no sabe cómo son originalmente las porras observar la segunda foto, se le da forma de espiral a la masa y se fríe, luego se corta en trozos, lo que nosotros llamamos porras; y por último una foto del artista, el churrero, no sé si podéis apreciar cómo salen los churros de la maquina…