A pesar de que en algunos países europeos como Irlanda esto ya no ocurre, y que en España quieren también modificarlo, a mí me encantan los festivos en mitad de semana. Estos días que llegan así, casi de repente y te permiten un cambio en la rutina semanal, levantarte más tarde (con un poco de suerte se te olvidó apagar la alarma del despertador y hoy, con gusto, le has dado un manotazo para seguir durmiendo), remolonear en la cama, y antes de empezar a hacer algo productivo (o no), tienes tiempo de prepararte un buen y sabroso desayuno.
Hoy (bueno, anoche) recordé que tenía en el congelador unos cuantos bollos semlor y pensé que hoy sería un buen día para prerpararme unas french toasts, una especie de torrijas light, como dijo mi hermana, acompañadas de sirope de arce (como caramelo pero mucho más ligero y menos empalagoso).
Y todavía tengo todo el día para mí…