¿Cuál es la definición cuando algo supera tus expectativas, cuando la realidad supera lo esperado? Lo contrario sería algo así como decepción, ¿pero en positivo? Sea cual sea la palabra, es lo que me ocurrió la semana pasada en dospalillos.
¿Otro asiático más en Barcelona?
Pues no, no es uno más, es el asiático. Lleva abierto más de ocho años, nacido de las entrañas de elBulli y con Camper como socio de Albert Raurich. Está situado al lado del hotel Camper, en el Raval de Barcelona.
Entonces, el precio será de aúpa, ¿no?
Juzga tú mismo: yo ayer comí, me deleité, disfruté y me enamoré del lugar y de la comida por 24,50€ (menú de mediodía compuesto por 4 platos, postre, café y bebida). En la web lo explican muy bien: menús degustación entre 80€ y 95€, a la carta entre 40€ y 50€ y el menú de mediodía 22€ (bebida no incluida).
Seguro que se trata de uno de estos locales súper modernos.
Nada más lejos de realidad. La entrada es como de un bar antiguo, de esos cuyo suelo hace unos años estaría lleno de cabezas de gambas y servilletas de papel. De hecho es la zona que llaman bar de tapas. El suelo y la pared son de terrazo de granito, la puerta de aluminio como enclenque, ¡incluso está en funcionamiento una tele de tubo! Y en el fondo se encuentra la barra asiática alrededor de la cocina, bastante sobrio, en negro.
Yo comí en el bar de tapas, me recordó al Sea Me de Lisboa. Me encanta el hecho de que la barra esté hecha para comer. Se puede interactuar mucho más con el personal. Allí estuve intercambiando pareceres con Rubén y otra chica adicta a la lectura.
Resumiendo, ¿qué comiste?
¡Pues lo que me pusieron! Todo aparentemente sencillo y realmente delicioso: sardinas (mini, parecían chanquetes grandes) con menta, cilantro y cayena, temaki de atún, wok de verduras, capo burguer y una especie de tres texturas de coco y plátano picante.
¿Y el nombre, a qué viene lo de dos palillos?
Es una tontería pero yo no caí hasta que empecé a comer. Todo se come con palillos, bueno o casi todo, con el postre me trajeron una cucharilla.
Lo más importante, ¿volverás?
La respuesta creo que es obvia.