¡¡Ideales para los amantes del queso!!

Son perfectas como aperitivo, acompañadas de un buen vermut y un plato de quesos y embutido, o simplemente como picoteo.

Se conservan perfectamente durante 2 semanas siempre que estén guardadas en una caja hermética. Y se pueden congelar tanto la masa cruda como una vez horneadas. ¿Qué más se puede pedir?

GALLETAS AL PARMESANO (24uds de 5cm)

210 gr harina
97 gr parmesano en polvo
240 gr mantequilla reblandecida

1/2 ajo picado
1 pizca de sal
1 pizca de chili (opcional)

Pon en un bol la harina, el parmesano, la sal y el chili (si se va a usar). Añade la mantequilla y con las yemas de los dedos restriégala en la harina, de tal forma que se vaya deshaciendo y formando una especie de migas de pan. Cuando más o menos tengas toda la mantequilla unida a la harina, amásala bien apelmazando poco a poco la mezcla, obtendrás una masa no pegajosa, lisa y homogénea. Envuélvela en papel trasparente y déjala reposar en el frigorífico durante una media hora.

Retira la masa de la nevera y en una superficie enharinada estírala con un rodillo. Con un cortador de forma redonda (de unos 5cm), corta tantos círculos como te sea posible; coge los restos, únelos y vuelve a estirar la masa y cortar, y así sucesivamente hasta que hayas terminado con la masa.

Dispón las galletas en una bandeja de horno cubierta de papel vegetal y hornea a 175°C durante 15-20 minutos, dependiendo de su grosor.

Otra forma de hacerlas y quizá más rápida, es cuando la masa esta hecha, enrollarla en forma de salchicha, envolverla en plástico trasparente y dejarla enfriar en el frigorífico. Cuando las queramos hornear, simplemente sacar la masa de la nevera y cortarla en rodajas de 1cm aproximadamente, disponerlas en una bandeja de horno alineada con papel vegetal y hornea durante unos 15 minutos a 175°C.