No sé a vosotros, pero a mi muchas veces me dá un ataque de ansia y gula por comer, le hincaría el diente a todo aquello que se me ponga por delante. Desafortunadamente lo que suele pasar es que los alimentos que pillo tienen un valor nutricional prácticamente nulo, son alimentos procesados, cargados de carbohidratos simples y azúcares refinados, de los que podemos comernos un paquete entero y ni enterarnos.

Cuántas veces me ha pasado que de un paquete cojo dos galletas, diciéndome sólo dos, así que hazlas durar, pego el primer mordisco, dejo el resto en la mesa, y sigo con la tarea que estuviese haciendo, ya sea teclear en el ordenador, ordenando el salón o leyendo, cuando voy a coger otro trozo, me doy cuenta que ya no queda ni una miga y pienso, ¿dónde la habré puesto? a veces hasta recorro la casa buscando el resto de galleta, pero no está, y es que me las he comido inconscientemente, sin saborearlas ni disfrutarlas y encima la sensación de estómago vació sigue ahí, por lo que mi ansia por más galletas resurge y hace que me vuelva a levantar a por otras dos y así continuamente hasta que me doy cuenta que me he comido la mitad del paquete…

Para evitar esta ingesta de calorías desproporcionada e insatisfactoria, me he propuesto ser siempre consciente cuando como, es decir, comer pensando y disfrutando en lo que estoy ingiriendo, pero como esto muchas veces me es imposible pues soy una glotona de nacimiento, lo que intento es tener siempre por casa es alguna galleta o barrita horneada por mí, en la que predominen los carbohidratos complejos, la fibra y los azúcares naturales.

Todo esto hace que si me como una galleta ‘sin darme cuenta’ no estaré tentada a comer más pues mi estómago se sentirá lleno, saciado y satisfecho y si alguna vez os termináis el tarro no os sentiréis tan culpables de ello, ¡aunque como todo la moderación es la clave!, pues estas galletas no es que no engorden o tengan menos calorías, normalmente tienen las mismas, lo que pasa es que los nutrientes que nos aportan son más beneficiosos para nuestro cuerpo y organismo y al saciarnos antes, comeremos menos y con ello menos calorías.

Hace ya un tiempo os enseñamos un par de galletas de este tipo, más nutritivas. Hoy para ampliar la colección os traemos otras tres recetas:

Los crujientes de avena y jengibre, son galletas delicadas, crujientes, dulces y prácticamente se derriten en tu boca. El ligero toque de jengibre las hace especiales y diferentes. Son fáciles y rápidas de hacer y acompañarían perfectamente a una buena bola de helado de vainilla.

Mini galletas de miel y avena, cargadas con copos de avena y endulzadas con miel, perfectas para acompañar el café.

Las galletas de crema de cacahuete son perfectas pues se necesitan pocos ingredientes, solo harina de espelta, no llevan azúcar refinado, ni huevo, ni mantequilla. Tienen un sabor salado con un toque dulzón, como esos cacahuetes tostados con miel que se sirven como snack.

Mini galletas de miel y avena (36 mini, 24 tamaño mediano)

80ml miel

80ml aceite oliva suave

1 1/2 cucharadita extracto de vainilla

180g harina integral de trigo

90g copos de avena

1 cucharadita maizena

1/4 cucharadita bicarbonato de soda

ralladura de 1 limón

mermelada casera, del sabor que más os guste

Precalienta el horno a 175ºC. Forra una bandeja de horno con papel vegetal.

En un bol pon el aceite, la miel y la vainilla,mezcla hasta que estén más o menos todo incorporado.

En otro bol, mezcla la harina, avena, maizena, bicarbonato y ralladura. Vierte esta mezcla sobre el bol con la miel y mezcla. Deja reposar unos 5-10 minutos y vuelve a remover.

Con ayuda de una cucharita haz bolas de la masa y ponlas en la bandeja de horno. Con ayuda de tu dedo meñique, haz pequeñas hendiduras en el medio de la bola. Rellena estas hendiduras con un poco de mermelada, cuidado con no pasarte.

Hornea 10 minutos o hasta que la base de las galletas estén doradas.

Crujientes de avena y jengibre (12 uds)

4 cucharadas de aceite de coco*

3 cucharadas sirope de arce

2 cucharadas harina de alforfón, espelta o centeno

2 cucharadas leche

70g copos de avena

1 cucharadita jengibre en polvo

una pizca de clavo en polvo

una pizca extracto de vainilla

una pizca de sal

Precalienta el horno a 180ºC. Forra la bandeja de horno con un papel vegetal

Mezcla todos los ingredientes en un bol.

Pon 12 cucharadas de la masa en la bandeja de horno. Usa la parte trasera de la cuchara o tus dedos para aplastar un poco las galletas y hacerlas lo más finas posible, deberían tener unos 5cm de ancho.

Hornea unos 15-18 minutos o hasta que los bordes estén un poco tostados. Una vez que se hayan enfriado se endurecerán y se volverán crujientes.

Conservarlas en un tarro hermético aunque con el paso de los días se volverán un poco más blandas.

*He probado a sustituir el aceite de coco por el de oliva y el sirope por la miel pero no queda ni mucho menos la textura que debería quedar. El resultado serían unas galletas blandas pero también deliciosas.

Galletas de cacahuete (12 uds)

120g harina espelta

1/2 cucharadita bicarbonato de soda

125g crema natural de cacahuete*

40g tahini (crema de sésamo)

60ml sirope de arce

40ml aceite de oliva suave

1 cucharadita extracto de vainilla

Enciende el horno a 170ºC. Forra una bandeja de horno con papel vegetal

*Puedes hacer tu mismo la crema de cacahuetes, tostando cacahuetes crudos, pelándolos y triturándolos con una batidora. si optas por la comprada fíjate que no lleve azúcares añadidos.

Mezcla la harina de espelta y bicarbonato.

En otro bol, combina la crema de cacahuete, tahini, sirope de arce, aceite de oliva y vainilla. Vierte esta mezcla sobre el bol de la harina y mezcla hasta obtener una bola homogénea, intenta no amasar demasiado.

Ahora puedes dividir la masa en 12 bolas y aplastarlas ligeramente sobre la bandeja de horno y hazles una marca con la parte trasera de un tenedor, para dejar las marcas de las púas como decoración.

O también puedes estirar la masa con el rodillo hasta que tenga unos 5mm de grosor y con un corta-galletas corta tantas galletas como puedas, depende del cortador te saldrán más o menos galletas. Disponlas en la bandeja de horno.

Hornea durante 10-12 minutos, ten cuidado de no quemarlas o estarán muy secas. Déjalas enfriar unos minutos y traspasadas a una rejilla para que se enfríen del todo.