Juniors – Deli & Café en la capital irlandesa



Hace ya un par de años que un amigo me llevó por primera vez a cenar a Juniors – Deli & Café. Fue gracias a él que descubrí este fantástico restaurante y desde entonces creo que no hay mes que no haya vuelto. Para mí se ha convertido en un clásico, de esos que están siempre en mi mente a la hora de elegir restaurante favorito o de donde llevar a amigos y familiares que vienen a visitarme. Y es que además de comer bien se pasa un rato agradable sin dejarse un riñón a la hora de pagar.

El restaurante está situado en una de mis áreas preferidas de Dublín. El local en sí es bastante acogedor, con unas pocas mesas dentro y otras pocas en la terraza de la entrada (¡con estufas y una calentita y delicada manta esperándote en cada silla!). La cocina está a la vista de todos, aunque más que cocina se podría decir que es una continuación de la barra donde el chef (uno solo) se desenvuelve como Pedro por su casa. En la barra destaca una gran y magnífica cafetera de estilo italiano, a la que te podrías quedar mirando embelesado por horas. Las paredes, parte con ladrillos blancos que le da un ambiente rústico, están decoradas por extraños cuadros, de esos que dices qué feos son, pero que en el fondo te gustan.

Los camareros son simpáticos y amables, aunque a veces pueden ser un poco arrogantes (imagino por el nivel de stress que se alcanza en ciertas horas) pero siempre dispuestos a ayudar y con una sonrisa en la cara.

El secreto de su éxito creo que está en la simplicidad pero intenso sabor de sus platos.

Tienen diferentes menús, de lunes a viernes la hora de la comida está protagonizada por sus sopas caseras, frescas ensaladas y sus increíbles y enormes sándwiches al más puro estilo neoyorquino, ideales para el poco tiempo que se suele tener en el break del trabajo.

 Los sábados y domingos tienen un brunch, que va desde un ligero muesli, hasta el típico desayuno irlandés, o de tostadas francesas, o mi preferido: un filete de ternera, acompañado de dos espectaculares huevos en camisa, patatas fritas, ensalada de rúcula y salsa holandesa. No dejéis de probar la limonada casera, está buenísima, te refresca y refuerza, nada comparado con esas limonadas ácidas que encuentras en otros sitios.

Por las noches tienen un menú más elaborado, que varía según los ingredientes de temporada y casi siempre inspirados en la cocina italiana, por ejemplo linguini con almejas, filete de bacalao fresco con chorizo (¡aquí está el toque español!) y risotto de gambas y calabacines.

En julio del año pasado ampliaron su negocio abriendo Paulie’s Pizza, a la vuelta de la esquina, donde gracias a un genial horno de leña pueden alardear de hacer la mejor pizza napolitana de Dublín, aunque algunos de sus toppings estén inspirados de nuevo en New York; pero esto no es todo, la carta se completa con entrantes italianos como los arancini (bolas fritas de arroz y cosas varias como salsa de tomate, queso, verduras…) y culmina con sus extravagantes helados.

Juniors- Deli & Café
2 Bath Avenue, D4, Dublin, Irlanda. Hace esquina con Grand Canal Street, al lado de Slattery’s Pub.

Ya sabéis, si pasáis por Dublín y os apetece comer en un sitio chulo y al que van los locales, Juniors es vuestro lugar.

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