Hace apenas una semana estaba en Londres, empezando a disfrutar de sus calles, su bullicio, sus mercados, sus autobuses, sus pubs, su té y un largo etcétera.
No es que hiciera mucho que no la visitaba, apenas ocho meses, y se podría decir, por mis repetidos viajes en los últimos años, que merezco ser ciudadana británica, pero es que Londres me atrae sobre todas las cosas, bueno, quizá exagero, sobre muchas otras cosas. No me canso de ella.
El caso es que estando allí apareció la otra Tart Princess con una preciosa caja rellena de preciosas galletas de mantequilla, especialmente decoradas para la ocasión.
To be continued.
Si, si, si, todo muy british y muy sajón.-