Todos conocemos, o hemos oído hablar de Acción de Gracias (Thanksgiving). Bien sea por las películas o series de televisión americanas todos hemos visto alguna vez cómo familia y amigos se reunen alrededor de la mesa con un enorme pavo como protagonista. Pues bien, este año lo he vivido en persona ya que fui invitada a mi primera cena oficial de Acción de Gracias (en Dublín).

La fecha difiere dependiendo del lugar en el que se viva; en Estados Unidos, de donde es tradicional, se celebra el cuarto jueves del mes de noviembre, mientras que en Canadá es en octubre. El origen de esta celebración era agradecer a Dios por haber guiado a los exploradores y colonos al Nuevo Mundo, aunque también se dice que era una celebración en agradecimiento por el final de una buena cosecha. La cuestión es, que para la cultura americana, esta fiesta es igual o más importante que la Navidad.

La cena consistió en el tradicional pavo relleno, ¡7 kilos pesaba el bicharraco!, acompañado de un montón de cosas:

– salsa de grosellas, deliciosa y según me han dicho súper fácil de hacer;

– el relleno (stuffing), consistía en una mezcla de miga de pan triturada y cocinada con cebolla y diversas hierbas aromáticas;

– patatas, tanto en puré como asadas;

– pure de boniato con nubes de algodón gratinadas, sí, habeis leído bien, algo muy raro e hipermega dulce que solo y exclusivamente se come en Thanksgiving

– zanahorias y chirivías asadas al horno, súper ricas, la chirivía es una raíz que se utiliza como hortaliza, yo la descubrí aquí en Irlanda, se usa mucho en sopas o para acompañar el famoso Sunday Roast, yo la llamo zanahoria blanca, pues tiene un aspecto muy parecido pero su color es palido, que está entre el blanco y amarillo.

– pan de maíz (cornbread), uno de los más jugosos que he probado, se caracteriza por su corteza dorada y es la opción perfecta para celíacos pues se hace con polenta (harina de maíz), cuando me haga con la receta os la paso para que probéis.

No sé si os habréis dado cuenta que falta la foto del pavo…. bien, es que ya lo habían trinchado cuando fui a hacer la foto…

Para terminar no podían faltar los postres, ni más ni menos que 6 diferentes tipos de dulces, que los invitados aportamos a este gran banquete, y lo mejor es que ¡todos eran caseros! La guinda del pastel…. cocktails a base de vodka y frambuesas, deliciosos y ¡súper fuertes!

Perdonad la calidad de las fotos pero como os he dicho los cocktails eran muy fuertes…

Si sois golosos como yo os preguntareis cuáles fueron esos postres tan deliciosos, pues bien aquí tenéis la lista:

– cupcakes de chocolate

– cupcakes de vainilla con cobertura de toffee

– brownies

– banoffee pie

– tarta de queso, calabaza y chocolate

– whoopies de calabaza

¿Adivinais cual fue mi aportación? Sí, las cosas esas raras (y ricas) con calabaza. Me había informado de que además del pavo, en Thanksgiving no puede faltar una pie (tarta) de calabaza, y yo, queriendo dar un twist al clásico me decanté por la tarta de queso, calabaza y chocolate y los whoopies de calabaza, ambas recetas sacadas de la web de Martha Stewart.

Thanks to Megan and Kevin for the great night and for make me part of it!