Hace ya tiempo que esta receta ronda por internet y por mi cabeza, cuando la ví por primera vez dije: ‘esta la tengo que probar’, pero la verdad que siempre he sido un poco escéptica y no estaba del todo segura de su posible éxito…
Y es que, la pizza de hoy no es una pizza clásica como la que ya os enseñamos hace unos años, si no que es una pizza alternativa, rara, fuera de lo común e incluso algunos la clasificarían como pizza hipster…. ¿y por qué? Pues porque la base está hecha ni más ni menos que con… ¡coliflor!
Ahora entendéis mejor mi escepticismo ¿verdad? 1º la coliflor nunca me ha gustado y 2º usarla como base para una pizza…. no las tenía todas conmigo. Han sido muchas las veces que en el mercado he dicho: ‘va, compro una coliflor y experimento, pero al final, mis dudas siempre hacían que me decantase por otras verduras. Y no ha sido hasta que mi madre ha aparecido en casa por Semana Santa con una coliflor bajo el brazo, y claro está ocasión no podía obviarla….
Lo bueno de esta pizza es que es mucho más sencilla que la tradicional, te evitas el tiempo de amasado y fermentación que necesita una base clásica. Además de que te ahorras todos los carbohidratos simples que te dá una masa de harina, haciéndola más sana, nutritiva y totalmente ¡apta para celiacos!. El topping, clásico, base de salsa de tomate, mozzarella y luego al gusto, yo he optado por berenjena y cebolla.
El resultado, delicioso, el olor-sabor de coliflor que tanto me disgusta es inapreciable. Aunque he de decir que la consistencia no llega a ser de pizza pizza, pues la base es mucho más blanda y necesitas de tenedor para comértela, pero creo que esto con un par más de pruebas podré conseguiré una base medianamente crujiente y apta para comerla con las manos delante del televisor 😉
¡Darle una oportunidad y nos contáis!
Pizza con base de coliflor (4 personas)
Base
750g coliflor
70g almendras molidas
2 huevos
orégano
sal
pimienta
Topping
400g tomate en bote
1 ajo
orégano
250g mozzarella fresca, cortada en tiras
1 berenjena, en rodajas
1 cebolla roja, pequeña, cortada en tiras
1 puñado de hojas de rúcula
Para la base, tritura la coliflor en un robot de cocina hasta que esta esté muy muy fina, escurre el exceso de líquido y ponla en un bol. Añadir las almendras, orégano al gusto, sazona y añade los huevos uno a uno, mezclando bien para obtener una bola homogénea. Con ayuda de los dedos, extiende la masa sobre una bandeja de horno forrada de papel vegetal, dejándola con un grosor de 2 cm y un poquito más gruesa por los bordes. Hornea a 180ºC durante 20 minutos.
Mientras tanto prepara el topping. Haz una salsa de tomate bastante espesa junto al ajo picado y unas gotas de aceite. En una sartén asa la berenjena y la cebolla.
Cuando la base esté lista, cúbrela con la salsa de tomate, y la mitad de la rúcula. Escurre la mozzarella para quitarle el máximo líquido posible y distribúyela por encima. Por último coloca las rodajas de berenjena y cebolla y hornea durante 12 minutos a 200-220ºC.
Sácala del horno, distribuye el resto de rúcula y rocía un buen chorro de aceite de oliva.
¡Sírvela y sorprende al resto de la mesa con esta pizza nada convencional!
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