Hace unas semanas mi hermana nos comentaba que el pasar horas en la cocina preparando una cena para las amigas lo disfrutaba tanto o más que la comida en sí, que lo hacía sin esfuerzo y con gran motivación. Pues bien, yo también comparto esa idea, pero he de decir que también es un gusto cuando vamos de invitadas a casa de amigos y seguramente nosotras, por el hecho de saber el esfuerzo que conlleva, valoramos más cuando nos deleitan con diferentes manjares y no hemos sido nosotras las que hemos tenido las manos en la masa.
Esta vez ha sido obra de una queridísima amiga del trabajo, la cual ha iniciado a escribir un blog sobre comida y las diferentes experiencias culinarias por Dublín, morethanpotatoes.wordpress.com, ah! las fotos que os he puesto se las he ‘robado’ de su blog…..
Bueno y ahora a lo que íbamos, la anfitriona nos ha recibido en casa con un menú contundente del cual quiero destacar el postre, porque madre mía como estaba… Nos ha encandilado con un delicioso pudín de tapioca y unas galletas (bomba) de chocolate. Y claro está, no pude contenerme y le pregunté por las recetas, las cuales sacó de los blogs 101cookbooks.com y www.epicurious.com y que encontraréis traducidas más abajo.
Antes de empezar comentaros que la tapioca (o perlas de tapioca) es la harina, en forma de bolas, de la raíz de la yuca o casava, árbol que crece en la zona tropical de América del Sur. Se usa normalmente para espesar salsas o sopas, aunque también se puede hacer pan y postres. Es apto para los celíacos pues no tiene glutén y casi tampoco tiene proteínas. Cuando se cocina adquiere un color transparente y una textura gelatinosa bastante característica.
Para que os hagáis una idea, el pudin de tapioca es muy parecido al arroz con leche lo único que en vez de usar arroz usamos tapioca.
Requiere un poco de paciencia y cuidado, pues como con el arroz, hay que darle vueltas casi constantemente, pero es muy simple, solo se requiere:
- poner la tapioca en remojo
- una cacerola de base gruesa para evitar que se nos pegue y queme
- cocinarla a fuego lento para darle textura adecuada
- remover muy a menudo