Preparándonos para el verano, siempre buscamos recetas que sean o más refrescantes y ligeras o más fáciles de hacer, o que se puedan preparar con antelación para así poder disfrutar al máximo del sol y de los largo días que tenemos en ésta época del año.

Como sabéis las quiches son una especie de tartas saladas, caracterizadas por una base crujiente hecha de masa quebrada y un relleno cremoso a base de huevos y nata, el toque especial, lo ponen los ingredientes que le añadáis a ese relleno, será lo que le dé el sabor característico y que la hará especial. Y por el hecho que está igualmente rica cuando se come fría, la podríamos catalogar en el último de fines de las recetas de verano.

Hoy además le vamos a dar un toque saludable y extra nutritivo utilizando una base hecha con harina de avena, almendra molida y aceite de oliva.

La avena es una magnífica fuente de fibra soluble que te saciará y te hará sentir lleno durante más tiempo, según estudios realizados el tipo de fibra que se encuentra en la avena nos ayuda a regular el apetito durante 4 horas además de ayudar a reducir los niveles de colesterol. Las almendras son ricas en magnesio y potasio, minerales esenciales para el funcionamiento de los músculos y el funcionamiento del sistema nervioso, también son ricas en proteínas. Al sustituir la mantequilla de la clásica base de quiche, estamos sustituyendo grasas saturadas por mono-insaturadas, por no decir de todos los antioxidantes que contiene.

Habiendo justificado el twist en la base de la quiche, el relleno os lo dejamos a vosotros… Para los que necesiten un poco de inspiración, esta vez hemos optado por un relleno de espinacas y champiñones (omitiendo la nata), otras propuestas que encontraréis por el blog son quiche de frutos del mar o quiche de queso de cabra, rúcula y tomate.
QUICHE DE CHAMPIÑONES Y ESPINACAS ESPECIADAS (2 moldes de 14cm o 1 molde de 18)
Base
65g harina de avena (podéis triturar los copos con ayuda de un robot de cocina
45g almendra molida
2 cucharadas maizena
1/2 cucharadita de sal
3 cucharadas de aceite de oliva
3 cucharadas de agua fría
Relleno
3 huevos
1 cucharada orégano seco
1/2 cucharadita nuez moscada molida
2 cucharadas aceite
1 chalota, picada
1 ajo
100g espinacas frescas
100g champiñones, fileteados
100g queso feta (opcional)

Precalienta el horno a 180ºC.
Para la base, mezcla la harina de avena, con la almendra molida , la maizena y la sal. Añade el aceite y el agua fría. Con tus manos, mézclalo todo hasta formar una bola, envuélvelo en cling film y deja reposar en el frigorífico durante media hora.
Con ayuda de un rodillo o tus manos, extiende la masa y cubre la base y parte de los laterales del molde (también podéis hacerlo directamente sobre el molde aplastando la masa con las manos).
Si optais por dos tartaletas individuales, divide la masa y procede igual que anteriormente.
Con un tenedor pincha la base y horneala durante 10 minutos.
Baja la temperatura del horno a 170ºC
En un bol, bate los huevos, añade el orégano, la nuez moscada y una pizca de sal y pimienta, y si vais a usar el queso feta, desmenúzalo y mezcla todo bien.
En una sartén, calienta la mitad del aceite, saltea los champiñones hasta que estén dorados y después añade las espinacas y saltea todo junto, un par de minutos.
Retira del fuego y añade a la mezcla de los huevos.
Vierte todo sobre la base prehorneada y hornea durante 30 minutos hasta que el relleno esté firme y dorado.
Deja enfriar antes de servir o si lo has preparado con antelación sirvelo a temperatura ambiente, con una ensalada de tomates va ideal.