Lo de los atracones navideños era impepinable. Que si aperitivos, primer plato, segundo plato con acompañamiento, postre y repostre. Y este ritual se repite tres veces en cuestión de 36 horas: en la cena de Nochebuena, comida de Navidad y comida de San Esteban, que nosotras somos muy de mimetizarnos con las tradiciones locales.
La cuestión es que rendidas a lo inevitable, lo que nos quedaba era lavar nuestra conciencia con elaboraciones no demasiado pecadoras (que para eso ya teníamos el postre) y cocinar platos principales nutritivos y sin grasas añadidas, recetas fáciles y que en realidad sirvieran para cualquier época del año. Y en Nochebuena, nos decantamos por el salmón.
El salmón es rico en omega-3, que ayuda a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos, y actúa como anti inflamatorio. Además contiene niveles altos de vitaminas A y D, magnesio y yodo.
Y con el salmón como nuestro ingrediente principal definido, solo nos quedaba darle un poco de gracia para una noche tan especial: ¡pues lo rellenamos!
El resultado, un plato principal nutritivo, vistoso, sabroso ¡y fácil de hacer! Antesala liviana de lo que nos esperaba en el postre.
SALMÓN RELLENO (4-6 pax)
1 cola de salmón de 1,5 kg
1 cebolla roja o 3 chalotas
1 hinojo
eneldo
1 limón (la mitad en rodajas, la otra mitad en zumo)
cilantro en semillas (o polvo o fresco)
aceite
vinagre
150 ml vino blanco o cava
sal
pimienta
cordel para atar y que aguante altas temperaturas
Pedimos al pescadero que quite la espina y abra la cola del salmón en los dos lomos.
Encendemos el horno a 180ºC.
Cortamos 2/3 de las cebolla en juliana (tiras finas) al igual que el hinojo.
Colocamos una de las colas del salmón en una fuente de horno, con la carne hacia arriba, salpimentamos, espolvoreamos eneldo y cubrimos con las tiras de cebolla e hinojo a modo de cama.
Salpimentamos el otro lomo (por la parte de la carne) y tapamos la cebolla y el hinojo.
Procuramos que quede igualado en altura la especie de sandwich de salmón.
Con ayuda de la cuerda de cocinar atamos el salmón. Si se caen trozos de cebolla e hinojo, no os preocupéis, cuando acabéis de atarlo las metéis por en medio de los lomos.
Colocamos rodajas de limón finitas entre el cordel y el salmón, a lo largo del lomo y espolvoreamos un poco de eneldo.
Vertemos el vino blanco sobre la bandeja con el salmón y metemos al horno durante 40 minutos aproximadamente.
Mientras se hornea hacemos un preparado con la cebolla restante picada muy fina, semillas de cilantro (si no tenemos, podemos sustituirlas por cilantro en polvo o cilantro fresco picado), aceite, vinagre, sumo de limón, sal y pimienta. Dejamos macerar hasta que el salmón se haga.
Cando saquemos el salmón del horno, con cuidado y ayuda de unas tijeras, retiramos el hilo que lo sujetaba y echamos por encima la picada, ¡y corriendo a la mesa a disfrutar!