Me encanta la granola, seguramente porque me encanta ‘desayunar’ tres veces al día y porque la convierto en mi snack por excelencia, puñados (literales) de granola me salvan de esos momentos en los que me comería cualquier cosa.
Normalmente recurro siempre a la versión healthy que podéis encontrar por el blog, sin azúcares refinados ni mantequillas, pero desde hace un tiempo quería probar una hecha con trigo sarraceno que había visto por internet, y OMG! está buenísima.
La textura es mucho más interesante, los granos de trigo sarraceno le da un crujiente especial y fantástico. Y la combinación de aceite de coco y dátiles le da un sabor increíble.
Sírvela con yogur natural o de coco y fruta fresca, fresas, naranja, kiwi, lo que tengas por el frutero. O si no también puedes añadir unas cucharadas de granola a los batidos, a la compota de manzana o incluso a los muffins antes de hornearlos, le darán un toque crujiente fantástico.
GRANOLA DE TRIGO SARRACENO
200g trigo sarraceno, crudo
160g almendras, troceadas
200g pipas de calabaza
35g semillas de sésamo
45g semillas de chía
65g grosellas deshidratadas
1 cucharadita de jengibre en polvo
125ml sirope de arce o miel
1 cucharadas de aceite de coco, derretido
Pon el trigo sarraceno en un bol, cúbrelo de agua y deja reposar toda la noche en el frigorífico.
Escurre el trigo sarraceno y dale un agua. Ponlo en un bol junto con las almendras, las pipas, el sésamo, las semillas de chia, las grosellas, el jengibre, el sirope de arte (o la miel) y el aceite de coco. Mezclalo con una cuchara para que todo se impregne bien del sirope y el aceite y esparce sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal.
Hornea a 150ºC durante 45 minutos o hasta que esté dorada y crujiente.
Cuando se enfríe conserva en un tarro de cristal.