Los gnocchi son un tipo de pasta que nunca había probado en España. La primera vez que los comí, creo recordar, fue en una pequeña trattoria en Roma hace casi 5 años, mmmm, esas deliciosas ‘bolas’ de pasta condimentadas con una rica salsa de tomate….mmmm. Eso sí, para que los gnocchi sean buenos tienen que ser caseros y frescos, nada de confecciones de supermercado.
Para los que no sepan que son los gnocchi ahí va una pequeña historia y definición:
Los gnocchi son un tipo de pasta de los más simples que puedan existir, apenas harina y otro ingrediente consistente. antiguamente se hacían con pan, leche, almendras o incluso castañas, a día de hoy los más comunes son los de patata aunque también se pueden encontrar hechos con harina de sémola o de arroz o de colores gracias a espinacas o calabazas. Se puede decir que los gnocchi es el antepasado de la pasta seca que conocemos, y además, lo bueno que tienen es que se pueden acompañar casi con cualquier condimento.
Yo he intentado hacerlos varias veces, siguiendo recetas de libros italianos, pero siempre he fracasado, fracasos tales que tuve que tirar toda la masa de lo mala que estaba. Pero cabezona y perseverante como mi madre, he seguido aprovechando cada oportunidad que he tenido para que algún italiano me enseñase el secreto, y parece ser que después de varias demostraciones, por fin la Nonna ha sido la que me ha tenido que marcar las pautas para obtener unos magníficos gnocchi:
- usar patatas harinosas (en Italia se conocen como patatas holandesas)
- no hervir las patatas en exceso
- pelar, machacar y hacer la masa con las patatas aún calientes
- disponer los gnocchi en un trapo de algodón con bastante harina
GNOCCHI (4 pers)
500-600 grs patatas harinosas
1 huevo
200 grs harina (aprox)
una pizca de sal
Hervir las patatas. Cuando estén listas, pelarlas y machacarlas con un pasapuré o con un tenedor. Disponerlo en un bol, hacer un hueco en el centro (como si fuera un volcán) y poner el huevo, la sal y añadir la harina poco a poco hasta obtener una masa no pegajosa.
Cortar un poco de la masa y formar un bastón fino y largo, cortar trocitos del tamaño de unos 2cm. Restregar una parte de los gnocchi sobre un tenedor, de tal forma que queden curvados y con las marcas del tenedor. Reservarlos en un paño de algodón enharinado. Continuar con el resto de la masa hasta terminarla.
Si no se van a consumir en el momento, cubrirlos con otro paño de algodón.
Poner una cazuela con agua, cuando hierva, añadir los gnocchi. Estarán listos cuando floten.
Los gnocchi se pueden condimentar con variedad de salsas: mantequilla y salvia, pesto, con pescado o con una simple salsa de tomate. ¡El caso es comérselos!
Y por este viaje, ya hemos explotado demasiado a la Nonna.