¿De qué leches me están hablando? Es lo primero que pensé la primera vez que me pidieron hacer una tarta de ruibarbo (rhubarb en inglés), pero educada que es una, puse buena cara y dije ‘sí claro, sin problemas’. Al llegar a casa recurrí a Google (por que Google lo sabe todo) y descubrí un nuevo mundo, ¡es lo que tiene vivir en el extranjero!

El ruibarbo es clasificado como verdura, aunque se usa más como fruta. Su bajo contenido calórico lo convierte en favorito de dietas, es rico en vitamina C y fibra y medicinalmente se usa para problemas de estómago o hígado

Aquí en Irlanda crece ‘salvajemente’ como las moras y es habitual que la gente lo cultive en el jardín de sus casas, pero hay que tener cuidado pues las hojas del ruibarbo son tóxicas, siendo el tallo como la única parte comestible. El color del tallo varía entre el rojo, rosa carmesí y verde claro, aunque es preferible que sea rosáceo y debe estar crujiente. Si los tallos están blandos significa que se han cogido hace tiempo. Su sabor es bastante amargo, por eso hay que escoger los tallos bien, cuanto más rojos estén, menos amargos serán.

El mejor período para consumirlo está entre abril y septiembre, aunque también lo podemos encontrar en conserva. La mejor forma de conservación envuelto en plástico y guardado en el frigorífico.

Se usa mucho en los países como Suecia, Alemania, Irlanda y EEUU. En España no sé exactamente dónde se podrá encontrar. He mirado por Internet y dicen que en zonas con más turismo extranjero es más fácil conseguirlo, pero seguro que si preguntáis a vuestro frutero de confianza os podrá echar una mano.

Su consumo va desde mermelada y conservas que acompañarán a cualquier pudding o arroz con leche por ejemplo, hasta tartas, crumbles, pies e incluso como acompañantes o rellenos de platos salados, combina perfectamente con un rico solomillo de cerdo.

Yo, tras mucho meditar, me he decidido por estas galettes de ruibarbo y fresas ¡espero que os gusten!

GALETTES DE RUIBARBO Y FRESAS (4 pers)

Masa:
150 grs harina
75 grs azúcar
75 grs mantequilla
1 huevo
chorro de leche

Relleno:
250 grs ruibarbo
100 grs fresas
200g azúcar
50g maicena

Primero hacer la masa, restregando la mantequilla en la harina hasta obtener una textura de arena de playa. Añadir el azúcar, el huevo y la leche suficiente como para obtener una masa homogénea y no pegajosa. Envolver en papel transparente y dejarlo reposar en el frigorífico durante unos 15 min.

Lavar las fresas y el ruibarbo y cortarlas en trocitos pequeños. Disponerlo en un bol y mezclarlo con el azúcar y la maicena.

Dividir la masa en 4 partes y con ayuda de un rodillo, extender cada una de las partes hasta obtener un círculo de unos 17 cm de diámetro. Poner en el centro la mezcla de las fresas y el ruibarbo dejando un borde de un par de centímetro que levantaremos y doblaremos hacia el relleno. Pintar con agua los bordes y espolvorear un poco de azúcar.

Hornear a 180ºC durante unos 30 min, hasta que la masa esté dorada.

Servir con helado de vainilla o nata montada y a ¡¡disfrutar del nuevo descubrimiento!!